Desde hace 10 años, aproximadamente, se empezó a ver que el gris de los edificios empezaba a cambiar los tonos verdes de diferentes tipos de plantas que forman grandes obras de arte en los grandes muros de los edificios de varias ciudades alrededor del mundo.
Los muros verdes , paredes de cultivo, a diferencia de lo que se cree, no sólo tiene el objetivo de adornar y hacer que se vean menos grises nuestras ciudades, sino que además nos ayudan al ahorro de energía, el reciclaje ya la mejora de nuestra salud.
Los jardines verticales se han utilizado desde hace varios siglos y comenzaron en la antigua Italia, donde dejaban crecer las viña, un tipo de enredadera con frutos, que adornaban las fachadas de las casas pero con el paso del tiempo se comprobar que este tipo de decoración no sólo cumplía con la función estética sino que además funcionaba como un aislante, tanto térmico como de sonido.
Se ha comprobado que los muros verdes artificiales pueden bajar hasta 10 decibelios el sonido externo y que en la temporada de verano estos muros pueden hacer que la temperatura del edificio se mantenga en torno a los 20 grados centígrados aproximadamente ya que las plantas absorben el calor proveniente del exterior. Por otra parte, en invierno se consigue que el calor no escape al exterior. Esta característica de aislante térmico hace que el uso del aire acondicionado y calefacción baje considerablemente con el ahorro de energía puede darse hasta un 30%.
Por otra parte, los jardines verticales funcionan como un purificador del aire y del agua de reutilización, lo que se consigue mediante la conexión del panel de las plantas a los productos de ventilación y del agua de el aire acondicionado.
La manera en que las plantas ayudan al proceso de purificación del agua es que ellas toman el agua de reutilización para nutrir ya que ellas eliminan los agentes contaminantes y toman los necesario para su sano crecimiento.
Algo similar ocurre con el aire, las plantas toman los contaminantes que se encuentran en aire para que las bacterias que habitan en sus raíces procesen los contaminantes y los eliminen, al tiempo que las plantas transforman el CO2 en oxígeno.
Este proceso de oxigenación del aire hace que el síndrome del edificio enfermo disminuya considerablemente, bajando los contagios de enfermedades respiratorias, alergias, irritación de ojos entre otros padecimientos. Sumado a todos estos beneficios hay que aumentarle que está comprobado que los muros verdes, tanto fuera como dentro de los edificios, reduce en gran medida los efectos del estrés, un sufrimiento de la sociedad moderna que afecta a más del 90% de la población .
Sin duda los paredes verdes han sido una gran incorporación a la arquitectura moderna en crear un vínculo entre la arquitectura y la naturaleza