Internet ha permitido que a día de hoy cualquier persona con un ordenador o incluso con un Smartphone pueda comprar tapetes con logotipo pudiendo personalizarlos desde principio a fin sin necesidad de acudir a un estudio de diseño que cobre una barbaridad de dinero por algo que a primera vista es tan simple como personalizar un felpudo eligiendo tanto los colores que lo componen como el logo impreso que se estampa sobre su superficie y que una vez colocado ayuda a los clientes a identificar el comercio en el que están a punto de entrar.
Pero la función de estos tapetes no se limita únicamente a ayudar a identificar el tipo de negocio que hay dentro de un local, sino también se suele decir que los tapetes cumplen una función práctica que se resume en el siguiente ejemplo: en un día de lluvia en el que se acumula mucho barro en las calles, los clientes siguen entrando a los comercios como si nada y sin ser conscientes de ello distribuyen ese barro por todo el comercio y al final del día el empleado tiene que pasarse media hora limpiando el suelo para dejarlo en un buen estado. Gracias a los tapetes toda esa suciedad se queda acumulada sobre el felpudo sin que el cliente pueda hacer más que pasar por encima del tapete antes de entrar al comercio, de modo que esta función práctica tan interesante es otro motivo más para considerar la posibilidad de decorar el comercio con tapetes personalizados.