En lugares en los que los equipos con los que se trabaja están sometidos a una gran tensión eléctrica hay una relativa facilidad a que se generen pequeñas cargas capaces de producir averías y en el caso de que sea un ser humano el que la reciba incluso la muerte. La solución en estos casos es el uso de pisos con materiales conductivos que tienen la función de eliminar la carga de tensión estática.
En zonas en las que se montan equipos sensibles a la más pequeña de las descargas producidas por la electricidad estática que incluso las personas pueden producir, este tipo de suelos descarga todo esta electricidad para evitar que la manipulación de estos componentes en condiciones de aislamiento deficiente puede producir daños a los circuitos y estos se conviertan en productos inservibles con la consecuente pérdida de dinero que esto puede generar en una industria.
En última instancia, el desembolso económico que supone aislar estos suelos a la larga resulta mucho más económico que las pérdidas que estas pueden ser generadas como consecuencia de estar expuestos a este tipo de riesgos. Además suelen estar fabricados con materiales que mejoran el agarre y evitar los accidentes como consecuencia de resbalones.