Los tapetes impresos son el mejor ejemplo de las pocas cosas positivas que va a traer esta crisis económica a la sociedad. Antaño los comercios no solían preocuparse de la imagen que transmitían de cara a los clientes, de modo que era muy habitual entrar en una tienda y encontrarse con un verdadero desastre de decoración en el que la única cosa que hacía volver a los clientes era el hecho de que esos productos no podían encontrarse en cinco o seis kilómetros a la redonda; ahora con la enorme competencia existente en todos los sectores, la decoración de los comercios es uno de los aspectos que más se cuida dado que competir en precios es algo ya casi imposible con los márgenes tan bajos que se suelen manejar.
Esta decoración está protagonizada por los pequeños detalles. Por ejemplo, los tapetes son un objeto decorativo que puede colocarse tanto en el interior del comercio como en el exterior, y su función decorativa no es otra que la de llamar la atención de clientes potenciales y la de facilitar el recuerdo del nombre de la tienda en el momento de compartir la experiencia con los conocidos.
Y ojo, que a día de hoy no hay excusa para no tener muy en cuenta el tema de la decoración en un comercio: con Internet cualquiera puede comprar cientos de tapetes por un precio muy asequible y sin necesidad de moverse del negocio o de casa, ya que los tapetes llegan por mensajería allá donde se requiera y por lo tanto uno no tiene que preocuparse más que de utilizar un bonito diseño para su tapete.